El portal de noticias armenio “Hetq” publicó ayer un reportaje al arquitecto argentino de origen armenio Arí Hadjian, quien se encuentra viviendo en Armenia desde 2010.
El artículo destaca una anécdota de la infancia en la que Arí había escrito su anhelo de ser presidente de Armenia. Hoy, dice, al menos está cumpliendo su sueño de vivir allí.
“Tengo muchas esperanzas en Armenia, principalmente en las nuevas generaciones, que están llenas de talento e inteligencia”, señala Ari, que sin embargo se lamenta porque muchos de esos jóvenes emigran y no regresan al país.
Elogia a los niños armenios por su educación y al “verdadero pueblo”, a las clases populares y trabajadoras, que tienen “altos valores humanos” y a pesar de los múltiples problemas que pueden atravesar “siempre están con una sonrisa y un trato cordial”. Pone como ejemplo a los obreros y trabajadores con los que se desempeña a diario, y hace una clara distinción con la clase política, a la que critica severamente.
En la nota da su testimonio también la esposa de Arí, la arquitecta Nairi Abrahamian, quien sostiene que “muchos vienen (a Armenia) y se desilusionan porque tenían una imagen idealizada del país, entonces regresan, pero nosotros, evaluando las cosas buenas y malas, hemos decidido quedarnos”.
“Hace ya cinco años que vivo acá –señala Arí– pero todavía me emociono cuando escucho a las personas hablar en armenio por la calle”, y añade que por momentos estar alejado de la familia y las amistades se hace difícil, pero “una decisión es una decisión”.
“Yo me quedo. Tengo ilusión aquí, de que habrá cambios y vendrán más armenios de la diáspora”, sostiene Arí, que es hijo del profesor Bedros Hadjian, educador, periodista y escritor de vasta trayectoria en la comunidad armenia de Argentina, fallecido en 2012.
La nota original completa (en armenio), en este enlace: http://hetq.am/arm/news/59513/12-tarekanum-oroshel-er-darnal-hayastani-nakhagah.html
