En duros términos, Amnistía Internacional insta a las autoridades de Azerbaiyán a liberar al blogger Alexander Lapshin

La organización Amnistía Internacional ha condenado la extradición del blogger Alexander Lapshin de Bielorrusia a Azerbaiyán. Tras su traslado a Bakú el 7 de febrero, el periodista independiente fue inmediatamente puesto bajo custodia. “En Azerbaiyán, corre el riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos, así como un proceso judicial irregular. La causa penal contra Alexander Lapshin debe ser terminada, y debe ser puesto en libertad de inmediato», advierte la entidad en un comunicado.

Lapshin es un blogger popular, ciudadano de Rusia, Israel y Ucrania. Fue detenido el 15 de diciembre de 2016 en Belarús, a petición de las autoridades Azerbaiyán, que iniciaron un proceso penal contra él en virtud de los artículos 281.2 y 318.2 del Código Penal de la República de Azerbaiyán («llamamientos públicos contra el Estado», con una pena de hasta ocho años de prisión y «paso fronterizo ilegal», con cinco años de prisión, respectivamente).

Las acusaciones en su contra obedecen a sus repetidas visitas al territorio de Nagorno Karabaj Artsaj, un enclave históricamente armenio, hoy república autónoma, que pretende ser usurpado por Azerbaiyán, y su cobertura del conflicto con opiniones críticas hacia el gobierno azerí.

Amnistía Internacional considera que la extradición y las acusaciones contra Lapshin son “un medio de atacarlo principalmente debido a sus blogs, en particular por sus críticas al sistema de control de fronteras de Azerbaiyán y la desigualdad social del país. La acusación de «llamamientos públicos contra el Estado» carece de fundamento jurídico, ya que la crítica a las autoridades azerbaiyanas en su blog están totalmente dentro del ámbito de su derecho a la libertad de expresión”. En lo que respecta a la acusación penal por cruce ilegal de fronteras, la organización sostiene que la entrada irregular no debe considerarse un delito penal. Como tal, Amnistía Internacional considera que su detención es arbitraria y pide que se ponga fin al proceso penal.

La organización planteó inquietudes en relación a las condiciones de detención que tuvo Lapshin en Belarús, y que tiene ahora en Azerbaiyán, donde, a tres días de su llegada a Bakú, aún se le ha denegado el permiso de contactar a su esposa.

Amnistía Internacional ha documentado numerosos casos en que personas que criticaron o impugnaron públicamente a las autoridades de Azerbaiyán fueron detenidas arbitrariamente y condenadas a prisión tras juicios injustos y, en muchos casos, torturadas y sometidas a otros malos tratos bajo custodia.

«Al extraditar a Alexander Lapshin a Azerbaiyán, donde corre el riesgo de sufrir tortura y otros malos tratos, entre otras violaciones a los derechos humanos, las autoridades bielorrusas no han cumplido sus obligaciones en virtud del derecho internacional de los derechos humanos», prosigue el comunicado de Amnistía Internacional.

Bielorrusia ratificó la Convención de las Naciones Unidas de 1998 contra la Tortura y Otros Malos Tratos o Penas Crueles, Inhumanas o Degradantes, según la cual «ningún Estado Parte expulsará, devolverá ni extraditará a una persona a otro Estado cuando existan motivos fundados para creer que se encontraría en peligro de ser sometido a tortura».

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